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Los puntos claves del Tratado que busca proteger la biodiversidad de las aguas internacionales

En marzo de este año, los países miembros de Naciones Unidas acordaron, después de casi dos décadas de negociaciones, un tratado que busca proteger y garantizar el uso sostenible de los recursos en alta mar. ¿Qué tuvieron en cuenta?

Más del 70 % de la superficie del planeta en el que vivimos está cubierto por agua. Los océanos son una de las fuentes de vida más importantes que tiene la humanidad, pues, además de albergar la mayoría de la biodiversidad del mundo, producen al menos el 50 % del oxígeno del planeta.

Pese su gran importancia, se estima que solo el 1 % de la superficie oceánica está protegida. Una de las razones es que casi dos tercios del océano no contaban con una figura que velara por su protección global, pues son áreas que no pertenecen a ningún país, ni a su Zona Económica Exclusiva (ZEE), ni a archipiélagos, pero aun así sufren los impactos generados por los humanos.

Luis Alonso Zapata, coordinador del Programa Marino Costero en WWF Colombia, explica que, “por lo general, cada país posee una Zona Económica Exclusiva que corresponde a 200 millas náuticas (aproximadamente 370 km) desde la línea de costa”. Fuera de ese territorio está lo que se conoce como Áreas Más Allá de la Jurisdicción Nacional (ABNJ por sus siglas en inglés), que son aguas internacionales; es decir, que no le corresponden a ningún país y, por ende, todos pueden transitar por allí.

Sin embargo, el gran problema de que sean “aguas de todos” es que no hay un doliente que vele por conservar la biodiversidad que se encuentra allí. Esta zona, también llamada “alta mar”, juega un rol importante para la supervivencia de las pesquerías, proporciona hábitats para cientos de miles de especies y ayuda a mitigar los impactos climáticos, absorbiendo el 23 % de las emisiones de carbono relacionadas con los humanos en los últimos 10 años.

Hasta hace cuatro meses solo existían acuerdos regionales que se encargan de regular temas específicos. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha estipulado varios acuerdos y planes para monitorear la pesca, como el Plan de Acción Internacional de 1999 para reducir las capturas accidentales de aves marinas en la pesca, o el Plan de Acción Internacional para la Conservación y Gestión de los Tiburones, de ese mismo año. 

FUENTE EL ESPECTADOR