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Millonario contrato de EPM para comidas en Ituango y el menú es de baja calidad

Las fotografías entregadas por algunos trabajadores de la megaobra revelan malas prácticas de empaque, además de poca raciones de alimentación sin proteína o sin verduras, fundamentales para recobrar energías después de los duros trabajos de los obreros al interior de la caverna. 

Los empleados de EPM se enseñaron a que les den la mejor comida posible y máxime si están asignados a tareas como construir Hidroituango. Es lo mínimo, considerando el sacrificio de estar lejos de sus familias y la responsabilidad que tienen de sacar adelante el proyecto energético más importante que se construye en el país. Además, la mayoría están metidos en las cavernas de la montaña en turno de doce horas.

Sin embargo, luego de varios años de ser bien atendidos en materia de nutrición, a los cerca de 1.200 trabajadores que EPM mantiene en el campamento del proyecto hidroeléctrico del norte de Antioquia, parece que les llegó la época de tirar aguante: se quejan de que les está tocando alimentarse con comida para enfermos de hospital, en el mejor de los casos, porque en los días peores, hasta comida descompuesta les ha llegado y han tenido que botarla.

Ese padecimiento de los trabajadores de EPM lleva casi tres meses sin que vean los correctivos. Y es que se trata de un nuevo contrato, por la no despreciable suma de 39.561 millones de pesos para dos años contados a partir del pasado primero de abril -casi 2.000 millones de pesos por mes- y con sospechas que se han posado alrededor de él.

Para el Sindicato de Profesionales de Empresas Públicas de Medellín, Sinpro, existen indicios de que el contrato fue adjudicado a dedo, en lo que sería una muestra más de que los criterios de calidad y buenas prácticas que siempre caracterizaron al conglomerado de servicios públicos están cediendo en esta administración.

En una carta con fecha del 25 de mayo, Sinpro le señala al gerente de EPM, Jorge Andrés Carrillo, que al contrato “le hicieron modificaciones de último momento, lo que podría poner en entredicho el rigor contractual y la reputación de EPM”.

Y añade que muchos de quienes permanecen en el campamento de Hidroituango han optado por preparar sus propios alimentos “o buscar otras opciones de servicio, lo que a su vez podría traer como consecuencia el aumento de la presión migratoria en la zona y seguramente un nuevo llamado del Sistema de Vigilancia Epidemiológico (SVE) por preparar alimentos en zonas no dispuestas para ello”.

FUENTE EL COLOMBIANO