Dos sismos en Perú, el de tierra y el político
El mandatario de Perú, Pedro Castillo, quien enciende un cáliz en honor a las víctimas de la covid-19 durante un desfile militar por las Fiestas Patrias el pasado fin de semana.
Los cinco años de Pedro Castillo en la presidencia de Perú comenzaron tal vez de forma fiel a lo que ha sido la historia del país en los últimos años: en la incertidumbre y con buena dosis de caos. Estaba claro desde que Castillo fue declarado ganador el pasado 21 de julio que el nuevo presidente protagonizaría un rápido traspaso de poder, con solo 8 días de plazo para hacer empalme con el gobierno saliente. Pocos contaban, eso sí, con que tendría problemas con su gabinete.
Un nombre concentró desde el pasado viernes la primera crisis de Castillo: Guido Bellido. Anunciado como jefe del gabinete ministerial, Bellido es congresista desde el pasado abril por Perú Libre, el partido que dio el aval a la candidatura del hoy presidente. En la campaña presidencial, Bellido, de 41 años, ocupó las portadas de los periódicos peruanos por polémicos pronunciamientos que hoy le auguran investigaciones en la Fiscalía.
“El país estaba en un desastre, hubo peruanos que equivocadamente tomaron un camino, ¿son peruanos o no? Por eso tienen sus derechos. ¿Qué tienes contra los senderistas?”, dijo Bellido el pasado 23 de abril respecto a Sendero Luminoso, la guerrilla que se levantó contra el Estado peruano entre 1980 y el 2000.
Ya antes había sido cuestionado por homenajear a la guerrillera Edith Lagos, quien murió en enfrentamientos con la policía en la década de los 80. La Fiscalía estudia abrirle una investigación ahora por presunta apología al terrorismo. Bellido es además muy cercano a Vladimir Cerrón, elfundador y líder de Perú Libre, quien cumple una condena por delitos contra la administración pública de cuando fue gobernador del departamento central de Junin.
La designación de Bellido despertó criticas de todos los sectores políticos y provocó que el economista Pedro Francke y el jurista Aníbal Torres, ambos respetados y reconocidos en sus campos, se abstuvieran de ocupar los ministerios de Economía y Justicia, respectivamente, como lo había propuesto Castillo.
Finalmente, y tras varias horas de incertidumbre, ambos aceptaron después de mantener conversaciones privadas con el presidente en las que, según medios locales, este les aseguró la independencia del Gobierno del partido Perú Libre. “Nuestro gabinete es del pueblo, se debe al pueblo y va hacia él. Nuestro compromiso es con el Perú y con ningún otro interés que no fuera el de dedicar todos y cada uno de nuestros esfuerzos a construir un país más justo, libre y digno”, dijo Castillo vía twitter, “no defraudaremos su confianza”. La falta de certezas no terminará hasta que el Congreso ratifique y dé su voto de confianza al gabinete del nuevo gobierno.
Para obtenerlo, Castillo necesita 66 votos a favor entre los 130 parlamentarios. Su bancada apenas le asegura 33 de esos votos. Si no los obtiene, todo el gabinete debe renunciar y el nuevo presidente reorganizar a sus ministros. Mientras intentaba asentar su Gobierno, Castillo se vio abocado además a responder a una emergencia natural tras un sismo de 6,1 de magnitud que sacudió el norte del país.
El suceso dejaba hasta este domingo más de 700 heridos, la mayoría leves, y hasta 187 casas afectadas. “Como autoridad, asistimos para la coordinación de acciones inmediatas que puedan requerir el pueblo norteño. Nuestra prioridad es salvaguardar la integridad todos los ciudadanos”, dijo el presidente al llegar a la zona más afectada.
Hasta este domingo, el país seguía presentado replicas, tanto del sismo natural como del político, que sigue amenazando con preservar la inestabilidad que ha imperado en Perú, país que solo en los últimos cinco años ha tenido cinco presidentes. Pedro Castillo enfrentará en el Congreso en los próximos días su primera prueba de gobernabilidad.
FUENTE EL COLOMBIANO