¿Cambiar verduras por ropa? Así es como buscan revivir el trueque en Medellín
La falta de apoyo institucional fue uno de los factores para que desfalleciera el intercambio solidario que antes era tan usual.
Es jueves y como casi todos los jueves, entre 40 y 50 personas, en especial jóvenes, se dan cita en Bello para echar carreta e intercambiar cosas. Unos llevan el último libro que ya leyeron y no piensan abrir más, otros sacan las golosinas que producen en sus casas, algunos llegan con verduras u hortalizas que cosechan con sus propias manos y otros sacan sus accesorios de bisutería o ropa usada y en buen estado. Tampoco faltan las pinturas y otras piezas de arte. No hay realmente límites, lo importante es que se trate de un artículo que ya no usen y que le sirva a otro.
La cita es entre cuatro y cinco de la tarde en un espacio libre que se forma entre la Choza de Marco Fidel Suárez y la biblioteca del mismo nombre. Aunque la gramática de Suárez llamaría “trocar” a ese ejercicio que se realiza en sus predios, los protagonistas se refieren a ese intercambio como “truequear” y hasta lo vuelven sustantivo cambiando la grafía original. De hecho, el programa se llama Jueves de Trueke.
Se trata de una de las pocas experiencias de este tipo que sobreviven en el Valle de Aburrá, después de que dos décadas atrás esta fue la meca donde transmutó ese ejercicio con el que en tiempos precolombinos los antepasados indígenas comerciaban para resolver sus necesidades.
El iniciador del nuevo envión en Bello fue Jhon Jairo Cano, que ya no es tan joven –tiene 66 años— y posee el acumulado de la historia del trueque en Antioquia.
FUENTE EL COLOMBIANO