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La dolencia que tiene al Papa fuera del ruedo

El Angelus que encabezó el Papa Francisco el domingo en la Plaza de San Pedro estuvo marcado por una alerta y un perdón.

La alarma llegó de cuenta de la guerra en Ucrania con una petición de no olvidarse de los enfrentamientos que llevan 113 días en el país europeo; y las excusas fueron presentadas por la postergación de su viaje a África, un cambio que se dio por un asunto que preocupa a los fieles católicos de todo el mundo: la salud del jerarca de la Iglesia.

Francisco, de 85 años, tuvo que posponer su visita a ese continente programada para la primera semana de julio por un problema de salud que salió a la luz pública desde enero de este año, de cuenta de una inflación en su rodilla derecha. Esa dolencia podría requerir cirugía, pero él está tratando la enfermedad con terapias e infiltraciones.

La recaída en la salud del Papa Francisco es evidente. Sus apariciones son en silla de ruedas, ya no recorre los recintos para saludar a los fieles que le visitan y él mismo reconoció que tiene una movilidad reducida.

Además de la rodilla, ya había presentado otras afecciones. En julio de 2021 tuvo una cirugía de colón y medios italianos reseñan que su cuerpo no recibió bien la anestesia de la cirugía, un antecedente que explicaría el por qué optó por el tratamiento en su pierna en lugar de entrar al quirófano nuevamente.

El ligamento de la rodilla derecha de Francisco está inflamado desde hace varios meses y, si bien está en terapias, no ha conseguido mejorar completamente y prueba de ello es la cancelación de su viaje a África, donde haría dos paradas en el Congo, en las ciudades de Kinshasa y de Goma, y una en Sudán del Sur, donde visitaría Juba, la capital.

El Vaticano es enfático en asegurar que esos trayectos están aplazados y no cancelados, empero esta historia ya se había presentado. En mayo postergó su visita a Líbano por la misma razón y no está claro qué sucederá con la gira por Canadá que tenía planeada para finales de julio.

En palabras de Matteo Bruni, el portavoz de la Santa Sede, “la fisioterapia ha dado resultados, pero los médicos han aconsejado al Papa no ponerla en riesgo: un esfuerzo excesivo, de hecho, podría hacer retroceder la situación, haciendo que se pierda la mejora conseguida”.

El Papa Francisco bendice las ceremonias sentado y, a pesar de su avanzada edad, hace bromas sobre su estado de salud, como el comentario que hizo al anunciar sus dolencias comentado que “eso es lo que le pasa a los viejos”.

Mientras él espera su recuperación en la Santa Sede, su antecesor Benedicto XVI pasa sus días en el monasterio Mater Ecclesiae donde se resguardó hace una década tras renunciar al cargo en la Santa Sede, también por sus problemas de salud (ver Paréntesis).

El Vaticano promete que Francisco retomará sus recorridos cuando su rodilla, después de casi seis meses, lo permita.

FUENTE EL COLOMBIANO