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Acualidad

Un López se despidió en el Etna, y otro se vistió de rosa

El colombiano Miguel Ángel López abandonó por segunda vez la carrera italiana, en la que fue tercero en 2018.

Cuentan los lugareños de Randazzo, el pueblo más cercano a la cima del Etna, que esa montaña tiene una maldición amorosa. Acostumbrados a ese viento pesado, cargado de sedimentos volcánicos que, durante años han pintado los techos de sus templos y sus casas, los apacibles vecinos de la Ninfa helada, hija de Urano y Gea, dicen que ella fue amante de Hefesto, el herrero, y que ese amor fallido enfrío su corazón, y por eso ya no produce esa “bella fiammata” de otros tiempos.

Quizás sea ese el motivo de que ningún ciclista, tras vencer la cumbre y vestirse de rosa, logre sostener la maglia hasta la última etapa, como si el sueño del “amore infinito” estuviera vetado para los audaces.

FUENTE EL COLOMBIANO