La guerra en Ucrania ha mostrado a Vladimir Putin como un líder que roza los límites de la cordura.
Los cientos de manifestantes que han salido a las calles de Moscú a protestar en contra del ataque bélicolo han dibujado en sus pancartas como una suerte de Hitler moderno, pues con la excusa de acabar con el “nazismo” ucraniano decidió aplastar a un país que se ha defendido con las uñas. Es tan delirante que ha bombardeado hospitales, teatros y albergues donde hay civiles.
Este antiguo miembro del servicio de espionaje de la Unión Soviética –KGB– trabajó en las fuerzas militares y desde hace veinte años es el líder de una potencia mundial que pese a su fuerte capacidad nuclear,ha tenido varios obstáculos en una guerra que completa 32 días este domingo. En ella, el objetivo es tomarse Kiev, capital que pese a estar cercada, aún tiene a militares y civiles que la defienden de ataques por cielo y tierra.
FUENTE EL COLOMBIANO
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