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Internacional

Crimea, Donbás y el mar de Azov: los pasos de Vladimir Putin para invadir Ucrania

La guerra en Ucrania por la invasión de la Rusia de Vladimir Putin no encuentra un camino de resolución. Este viernes se cumple el día nueve de enfrentamientos que intentan cercar a la capital, Kiev. Los civiles evacúan por corredores humanitarios y las vías diplomáticas siguen sin encontrar un alto al fuego.

El jueves las delegaciones de ambos tuvieron su segunda ronda de conversaciones, después del primer encuentro del pasado 28 de febrero, pero las líneas rojas de los negociadores siguen siendo las mismas.

Al menos a la luz pública, solo hubo un acuerdo: un breve cese de hostilidades para permitir una retirada a la población. Empero, la promesa duró poco porque al cierre de esta edición Rusia bombardeó la central nuclear de Zaporizhzhya.

La urgencia de salir de Ucrania crece. En cuestión de una semana la emergencia desplazó un millón de refugiados, cuatro millones de personas necesitan atención humanitaria y el cálculo de posibles desplazados internacionales por el conflicto para los próximos días ascendió de siete a diez millones, por lo que la Unión Europea y Estados Unidos anunciaron un estatus de protección temporal para esa población.

Los números, más que un indicador, perfilan una realidad que llegó a Europa cuando apenas se estaba recuperando de la pandemia y del hueco económico generado por el covid-19: el continente está ante la mayor crisis migratoria en décadas, probablemente desde la Segunda Guerra Mundial.

Apenas siete años antes, la Guerra en Siria había expulsado a 6,6 millones de refugiados a Líbano, Turquía, Jordania y otras geografías. La emergencia social también podría superar en números al fenómeno de movilidad humana proveniente de Venezuela, que ha desplazado a más de un millón de ciudadanos.

Los combates también se se agudizaron. Rusia eleva sus apuestas militares en terreno y los aliados también suben sus aportes de dineros, armamentos y equipos de defensa. Sus soldados no están en terreno y ya parece descartada la posibilidad de que la Alianza Trasatlántica (OTAN), Reino Unido o Estados Unidos desplieguen a sus soldados, pero en financiación se muestran dispuestos a respaldar la guerra.

Alemania entregará 2.700 misiles antiaéreos que se suman a otros 500 que ya había enviado a Ucrania. Antes donó 23.000 cascos militares, 1.400 lanzacohetes y nueve obuses (lanza cañones).

En línea con las entregas del canciller Olaf Scholz, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, busca que el Congreso le apruebe fondos por 10.000 millones de dólares para comprarle armas a Kiev, ayudas que se sumarían a las de la OTAN, España, Francia y otros.

Y mientras los aliados siguen materializando en armas sus compromisos con Volodimir Zenlenski, el mandatario ruso Vladimir Putin asegura que la invasión está ocurriendo de acuerdo a sus planes.Lento cerco a KievLa incursión comenzó por la región de Dombás en la madrugada del 24 de febrero, ya alcanzó la totalidad de las ciudades de Jerson y Jarkov, está cercando a Mariúpol y a Odesa y comienza a rodear a Kiev (ver mapa).

Si se mira el plano de Ucrania, gran parte de la frontera con Rusia y que conecta con el Mar de Azov y el Mar Negro ya está en manos del Kremlin, creando una línea de zonas dominadas por este en toda el área limítrofe.

Todos esos puntos los enlazan, también, con la penísula de Crimea y la ciudad portuaria de Sebastopol, que se anexionaron en 2014. Esos territorios que han estado en disputa en los últimos años pertenecieron a la Unión Soviética: en tiempos de la Guerra Fría Ucrania era la despensa agrícola de Moscú.

“El control de Crimea le está sirviendo a Putin para avanzar, las repúblicas que se declararon independientes ya están prácticamente bajo su control y ahora está intentando conectar esos dos territorios para asegurar el control del Mar de Azov (ver mapa)”, detalla Juan David Escobar, director del Centro de Pensamiento Estratégico de la Universidad Eafit.

Los ocho años que pasaron entre la anexión a Crimea y Sebastopol y la invasión de este 2022 no fueron tranquilos para la frontera entre los dos países. Por el contrario, en todo este lapso hubo un conflicto focalizado en el Donbás, en las ciudades de Donestk y Lungask, que apagó la vida de 14.000 personas.

Esas dos autoproclamadas repúblicas son controladas desde 2014 por grupos prorrusos patrocinados por el Kremlin. Antes de que estallara la guerra, el lunes 21 de febrero, Putin las reconoció como soberanas afirmando que Moscú había cometido el error de aceptar la independencia de los territorios que fueron de la Unión Soviética, pero ahora están en la lista de los puntos del mapa desde los que busca conquistar Ucrania.

Entre la anexión a Crimea y la invasión de este 2022 hay una coincidencia temporal: ambas ocurrieron en febrero, en medio del invierno.

FUENTE EL COLOMBIANO