Nicaragua: unas “elecciones” a la medida de Daniel Ortega
Daniel Ortega, que el 11 de noviembre cumplirá 76 años, buscará el domingo su tercera reelección consecutiva, para un cuarto mandato de cinco años.
Con Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo buscando la reelección y enfrentando a una “oposición” hecha a la medida mientras los verdaderos adversarios están tras las rejas, tres partidos políticos inhabilitados, miles de exiliados y atropellos a la libertad de prensa, Nicaragua se vivirá este fin de semana las elecciones presidenciales.
Las irregularidades en un proceso electoral en el que no hubo siquiera campaña –por lo menos para la oposición– y la implementación de una ley creada para los requerimientos del gobierno sandinista y evitar que candidatos “golpistas” puedan postularse a cargos públicos, y con la que finalmente se detuvo a cientos de detractores, han generado el rechazo de la comunidad internacional, que pide que se suspendan los comicios del 7 de noviembre.
La Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han sido algunos de los organismos que han cuestionado el proceso en el país centroamericano. De hecho, la CIDH, en un informe reciente advirtió que las elecciones se realizarán en medio de un “clima de represión y cierre de los espacios democráticos en el país. Con ello se busca la perpetuación –de Ortega– en el poder en forma indefinida y mantener privilegios e inmunidades”.Crisis desde 2018
La comunidad internacional viene denunciando la grave crisis política y social de Nicaragua desde el 18 abril de 2018 cuando unas reformas al sistema de pensiones desataron una serie de protestas en las que la población exigía la renuncia de Ortega. Fue tal la magnitud de las manifestaciones que el gobierno recurrió a la fuerza para detenerlas dejando, según la CIDH, 328 muertos, aunque organismos locales elevaron la cifra a 684. El gobierno, que calificó el estallido como un intento de golpe de Estado, solo reconoció 200 víctimas.
Tras la revuelta, el gobierno aceptó dialogar con la oposición y luego de aceptar una serie de compromisos, a mediados de 2019 mostró su lado autoritario luego de aprobar un paquete de reformas electorales que le permitieron a Ortega aspirar, este fin de semana, a su tercera reelección consecutiva, para un cuarto mandato de cinco años, y el segundo con su esposa como fórmula vicepresidencial por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).“Elecciones son una burla”
Además de organismos internacionales, desde el exilio cientos de nicaragüenses que incluso alguna vez apoyaron aquella revolución sandinista que otrora triunfó ante la dictadura de los Somoza en 1980, siguen con temor y rechazo el proceso electoral con el que Ortega pretende perpetuarse en el poder.
Ese es el caso del escritor Sergio Ramírez, exiliado desde junio, cuando el gobierno comenzó a perseguir y apresar a candidatos y líderes opositores (ver recuadro) para evitar su inscripción oficial a las elecciones. En diálogo con EL COLOMBIANO en septiembre, el escritor, ganador del Premio Cervantes 2017 y sobre quien recae una orden de captura en su país, calificó de “burla” los comicios del domingo. “(…) No hay elecciones en Nicaragua. Lo que hay es un procedimiento burocrático para confirmar a Ortega y a su esposa en la presidencia”. Del mismo modo, la escritora Gioconda Belli, disidente del FSLN y en el exilio, afirmó en el diario español La Vanguardia que, aunque Ortega “está exponiéndose a la crítica mundial”, no le importa “con tal de perpetuarse en el poder. (…)”.
Pese al rechazo y al tufillo de fraude, 4,4 millones de nicaragüenses están llamados a acudir a las urnas para elegir Presidente y Vicepresidente, además de 90 diputados a la Asamblea Nacional, y 20 ante el Parlamento Centroamericano.
FUENTE EL COLOMBIANO