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Las dos visiones de la reapertura segura en Colombia

Los establecimientos comerciales deben seguir promoviendo las medidas básicas de bioseguridad, como el tapabocas y distanciamiento social.

La pandemia de la covid-19 puso las necesidades de la sociedad colombiana en una balanza: salvar la vida, aislándose de los demás; o proteger la economía, arriesgándose a trabajar con un virus circulante. Durante el primer año se impusieron las medidas sanitarias, pero ahora el país avanza hacia la salvación financiera.

Lo paradójico es que la decisión de reabrir los negocios – con algunas medidas básicas de bioseguridad– se adoptó justo cuando Colombia padece la peor etapa de la enfermedad, con un tercer pico extendido, caracterizado por cifras récords de muertes y contagios, saturación de las camas UCI superiores al 90% en las principales ciudades y escasez de insumos médicos, como el oxígeno y los anestésicos.

Ante esta realidad, ¿justifica regresar a la normalidad laboral? Las visiones, igual que al inicio de la peste, están divididas entre los gremios médicos y los económicos.

Según el Instituto Nacional de Salud (INS), con corte al 6 de junio, en Colombia se han registrado 3’571.067 contagiados y 91.961 muertos. Hay 157.064 casos activos y 3’310.737 personas se recuperaron. En el último mes, el promedio diario de fallecidos fue de 500 pacientes.

Para citar las regiones más pobladas, Bogotá tiene una ocupación de UCI del 98,2%; en Antioquia es del 96,71%, y en Valle del Cauca 98,2%, lo que tiene a decenas de enfermos en lista de espera para recibir esta atención especializada.

El denominado Pacto Nacional por la Salud y la Vida, que reúne a diversas entidades del gremio sanitario y la academia, se opuso a la reapertura social y económica que impulsa el Gobierno Nacional. “No es posible aceptar esta medida que parece un castigo más que un beneficio para la economía, la salud y la vida de la población”, indicó el colectivo en un comunicado, citado por Colprensa.

“Abrir todo tipo de negocios, actividades sociales, culturales y deportivas en las ciudades, no hará más que aumentar los contagios y seguir presionando los servicios de alta complejidad, porque no hay una respuesta adecuada de control y prevención de la pandemia desde el comienzo”, indicó el Pacto.

Y añadió: “Abrir las ciudades como se está proponiendo es absurdo. Mucha gente creerá que ya no hay restricción alguna si aplican las supuestas medidas de bioseguridad y aislamiento. Este es un camino al desastre, no es la respuesta adecuada a un problema de salud pública de estas proporciones (…). A pesar de decirse que se ha cumplido el Plan Nacional de Vacunación, ninguna de las grandes ciudades ha pasado el 10%”.

Carolina Corcho, vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana, escribió en Twitter que “en un momento de colapso hospitalario, el mensaje que manda la autoridad sanitaria a la sociedad con la reapertura, es la reafirmación explícita de un manejo de la pandemia basada en el darwinismo social ‘sálvese quien pueda’. De una autoridad sanitaria se espera responsabilidad”.

En la misma línea se pronunció el presidente de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación, Mauricio Vasco Ramírez, quien hizo un llamado a la ciudadanía, para que no malinterprete esta reapertura como la superación de la emergencia.

“La mortalidad por el virus se mantiene sobre los 500 fallecidos diarios, a lo cual se debe sumar que el talento humano en salud que atiende la crisis ha estado sujeto a extenuantes jornadas por más de un año y cuenta cada vez con menos recursos para la prestación del servicio”, recordó.

Y agregó: “La actitud no resolutiva del Estado ha facilitado la ausencia de garantías para la estabilidad laboral de los trabajadores de la salud y el derecho al pago oportuno de su trabajo abnegado”.

FUENTE EL COLOMBIANO