El Poblado insiste en SOS por sus quebradas
Los moradores de El Poblado se han hecho vecinos. Pese a la distancia que los separa en ese punto conocido como la comuna 14, la incertidumbre, frente al brío de las aguas que recorren esas estribaciones, ha afianzado ese vínculo. La relación es tensa. Cada centímetro que han perdido esas aguas puede ser reclamado, por ellas mismas, en cualquier momento.
Esa es la situación que viven los habitantes de este punto de la ciudad. La falta de mantenimiento, mala planeación y escasez de cultura ciudadana han sido, según voces recogidas para este informe, tres golpes fatales para las quebradas que atraviesan el suelo madre de Medellín.
Este protagonismo no es nuevo. Si bien estas fueron otrora el espejo primero de la constitución de una villa, hoy son, también, una bitácora de ausencias. Entre ellas se suman, según Jaime Ignacio Vélez, especialista en planificación de cuencas hidrográficas, canalizaciones a medias, desvíos innecesarios, reducciones de los cauces y un hambre, voraz, de colonización.
Algo de ese anhelo español, que borró el rastro de los aburráes, perduró en sus descendientes, dice el experto. “Todo el mundo, en todo momento, está buscando cómo robarle espacio a las quebradas. Y aunque eso ha pasado en toda la ciudad, en El Poblado las intervenciones han sido menos modestas”, agrega.
Esos centímetros —quizás metros— pueden ser una de las varias causales para entender la situación que vivió El Poblado la tarde del jueves 6 de mayo, cuando Medellín registró fuertes lluvias, granizadas y una tormenta eléctrica.
Entre 30 desplomes de árboles, cinco deslizamientos y 25 inundaciones, la mayoría, informó entonces el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd), tuvo lugar en la comuna 14. Esto, por las crecientes súbitas de las quebradas La Paulita, La Presidenta, La Sanín y La Volcana (ver Gráfico).
FUENTE EL COLOMBIANO