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Restos de cohete chino que llegarán a Tierra se desintegrarían al caer

El cohete chino avanza a 27.600 kilómetros por hora hacia la Tierra y, aunque es una velocidad normal en la entrada de cuerpos a la atmósfera, el temor se basa en que no está siendo controlado.

Este Long March 5B será así uno de los ingresos no controlados al planeta más grande de los últimos años, pues su tamaño es de 50 metros y pesa más de 22 toneladas, y se espera que ocurra entre hoy, 8 de mayo, y mañana 9.

No hay claridad sobre dónde podría caer, si es que alcanza a sobrepasar la atmósfera, lo que los científicos consideran improbable. De ser así, no alteraría las actividades de aviación o causaría ningún daño mayor.

El vocero de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, dijo que la mayoría de los componentes de la nave se quemarán y destruirán en el paso por la atmósfera, por lo que la probabilidad de causar daños reales es extremadamente baja, aunque no nula.

Jonathan McDowell, astrofísico de la universidad de Harvard, dijo para The Guardian que “el cohete orbita por el norte a la altura de Nueva York, Madrid o Pekín y tan al sur como Chile o Wellington en Nueva Zelanda”, así que podría entrar por cualquiera de esos puntos.

Que el cohete ingrese a la superficie no es tema nuevo. De hecho, desde hace 60 años, cuando comenzó la exploración espacial, miles de cohetes y satélites han salido del planeta, muchos de ellos aún se mantienen allí y otros se han quemado al volver a ingresar.

A los que se quedan allí, sin función alguna, se les denomina basura espacial. Desde 1957, más de 6.050 naves han viajado al espacio y 11.370 satélites han llegado a la órbita de la Tierra, de los cuales 6.900 todavía están allí y solo 4.000 están aún funcionando. El número de desechos registrado, por su parte, es solo 28.160, pero se sabe que ha habido miles más.

Luis Miguel Molina Galeano, profesor de la Corporación Cistella y divulgador del Planetario de Medellín explica que cuando estos llegan al espacio y alcanzan la velocidad orbital, que es 27.000 kilómetros por hora, es difícil que reingresen a la atmósfera para ser destruidos y demoran un largo tiempo.

Algunos tienen propulsión y lo logran más rápido pero otros tardan muchos años mientras van frenando y cayendo de forma natural. En el caso del cohete chino, este lo está haciendo sin control alguno.

Molina explica que la Tierra los va atrayendo poco a poco, los hala, y van perdiendo puntos de altura, “pero son pocos centímetros por año, así que pueden demorar entre 20, 30, 50 o hasta cientos o miles de años. De hecho, hay etapas lanzadas en los 60 y 70, telescopios, satélites de comunicaciones y demás que no tienen vida útil y que todavía están dando vueltas y que no sirven para nada”.

La forma en que esa basura desaparece es una vez han pasado los años y salen de la órbita (algunos lo hacen con propulsión en menos tiempo), y comienzan a ingresar al planeta. Mientras atraviesan la atmósfera, dadas las altas velocidades y la fricción, se calientan mucho y se derriten y desintegran antes de llegar a la superficie porque no están diseñados para reingresar.

En el caso del cohete chino pasará lo mismo: se desintegrará antes de llegar. Es posible que algunas partes resistan al calor y no se desintegren por completo, pero los expertos explican que serían de tamaños muy reducidos y que, en realidad, es muy poco probable que no caigan en el mar o que lastimen a una persona.

FUENTE EL COLOMBIANO