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El antioqueño Alejandro Arias luchará por su cupo a Tokio

El agua es el hábitat natural de Alejandro Arias, pues desde que tenía cuatro años empezó a sentir apego por la natación.

Sus padres, Néber Arias, entrenador de la Selección Antioquia de la modalidad de carreras, y su mamá, Dora Luz Muñoz, instructora de este deporte, vieron cómo a medida que pasaba el tiempo el muchacho seguía sus pasos.

Ya tiene 23 años de edad y después de haber sido campeón juvenil en Rusia en 2014, Alejandro continúa sumergido en esta pasión, ahora con un reto grande: buscar un cupo para los Juegos Olímpicos de Tokio, en trampolín.

Sabe que la tarea no será fácil porque en esa especialidad solo se otorgarán dos casillas para el país y tiene rivales fuertes con la misma ambición: los también paisas Sabastián Morales y Daniel Restrepo, y el risaraldense Felipe Uribe que viene demostrado progresos.

En la última competencia, el mes pasado en Medellín, hizo la marca exigida para la Olimpiada, pero ocupó la cuarta posición en el torneo, lo que da cuenta del alto nivel de sus contrincantes.

Último chance

“En mayo tendremos la prueba definitiva y espero elevar mi rendimiento. Lucharé para acercarme a ese sueño de todo deportista en el mundo”, dice.

Alejandro asegura que ha entrenado duro y es consciente de que ha presentado altibajos por el receso obligado que tuvieron durante el confinamiento por causa de la pandemia.

“El año pasado paramos entre marzo y octubre, algo nunca visto. Es complicado, si uno falta a las prácticas una semana por una lesión o cualquier otra circunstancia y pierde el ritmo, imagínese cómo sería con este período tan prolongado”, advierte este joven que acudió a las pesas y a la bicicleta para mantenerse en buena forma física.

Ahora que la “pesadilla mundial” ha mermado un poco para los atletas de élite, se motiva. Guiado por los consejos de su padre, y por la orientación de su entrenador Wilson Molina, confía en seguir en alza.

Por eso cada vez que está en las alturas, listo para saltar desde el trampolín, se persigna y deja atrás los miedos. Dice que si se quieren alcanzar la metas “hay que darlo todo” dentro y fuera del agua.

FUENTE EL COLOMBIANO