Si bien no estaba en la agenda de mediano plazo que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pisara territorio de Rusia, el hecho de que Moscú le prohíba la entrada a sus fronteras es un acto cargado de simbolismo que deja demuestra una vez más que no habrá una pronta salida a la guerra que desató el Kremlin con su sangrienta invasión a Ucrania.
Este fin de semana, y a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, Rusia expidió un listado de personas no gratas a las que bajo ninguna circunstancia va a autorizar que ingresen a su territorio.
Se trata de 963 personas que, aparte de Biden, también incluye al secretario de Estado, Antony Blinken, a su par de Defensa, Lloyd Austin, y –entre otros– al director de la CIA, William Burns.
“En el contexto de la respuesta a las sanciones antirrusas en curso y en relación con las consultas entrantes sobre la composición de nuestra lista, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha publicado el registro ciudadanos estadounidenses a los que se les prohíbe permanentemente ingresar a la Federación Rusa”, indicó la agencia TASS tras recoger un comunicado oficial de la diplomacia de Moscú.
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