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Con parches verdes se busca mejorar el clima

El Área Metropolitana invierte $9.500 millones en esta estrategia, que ya se aplica en 5 municipios del Aburrá. Son el contrapeso a las islas de calor.

Como un contrapeso al concreto, a los edificios y carreteras, a la contaminación que generan las fábricas y los vehículos, a las islas de calor y al deterioro del aire: así nacieron los parches verdes, un programa del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Amva, que busca compensar con árboles y más bosque la crisis ambiental y los efectos del cambio climático sobre el territorio.

La estrategia está planeada para ejecutarse en los diez municipios del Aburrá y hasta el momento se ha desarrollado en cinco localidades: Bello, Barbosa, Itagüí, Envigado y Sabaneta, con 70.000 árboles plantados en un área de 35,38 hectáreas. (Ver gráfico).

Andrés Álvarez Grajales, subdirector de Planeación Integral del Amva, define un parche verde como “un bosque rural en suelo urbano”. Es decir, en sectores ya conurbados, con viviendas, edificios, carros circulando, ruido en el ambiente y aire contaminado, van apareciendo zonas verdes, espacios frescos y árboles absorbiendo gases. “Es una estrategia para oxigenar espacios que surgió por la cantidad de construcciones, la densidad que tenemos en el territorio y las problemáticas asociadas a la calidad del aire”, añade.

Los parches verdes buscan intervenir áreas degradadas del Aburrá para restauración con la siembra de microbosques y sus objetivos son mejorar y regular la temperatura en zonas de mayor impacto, aumentar la biodiversidad local y embellecer espacios.

En Bello, por ejemplo, las siembras incluyen el separador vial de la autopista buscando que el humo de los tubos de escape sea absorbido y no vaya a las casas. Al decir de Ana María Builes, directora técnica de Medio Ambiente de la alcaldía bellanita, desde 2020 allí se sembraron cerca 60.000 árboles nativos, “con los que buscamos fortalecer ecosistemas e impactar positivamente la fauna y la flora”.

Destaca que una característica del programa es que las actividades se realizan con la comunidad, lo que, en su opinión, “fortalece los procesos de educación ambiental”. Los lugares más beneficiados han sido el Cerro Quitasol, el Parque de las Cometas y la vereda Plan de Monos, que juntas suman 12,5 hectáreas de las 26,7 que allí tiene parches verdes hasta el momento.

FUENTE ELCOLOMBIANO