¿Qué es la CRAF y por qué EE. UU. la activó por tercera vez en la historia?
Con menos de 6 días por delante para que se cumpla la fecha límite de retirada, el Gobierno de Estados Unidos ha puesto a disposición todas las herramientas que tiene para apresurar la evacuación de Kabul.
La evacuación de miles de personas del Aeropuerto Internacional de Kabul en Afganistán continúa en medio del caos. Con menos de 6 días por delante para que se cumpla la fecha límite de retirada, acordada con los talibanes, el Gobierno de Estados Unidos ha puesto a disposición todas las herramientas que tiene para apresurar la operación. La última medida adoptada fue la activación de la Flota Aérea de la Reserva Civil (CRAF, por sus siglas en inglés). Esto es lo que necesita saber:
¿Qué es la CRAF?
En esencia, la CRAF se trata de un acuerdo entre el Gobierno de Estados Unidos y las aerolíneas comerciales y compañías de vuelos chárter del país por medio del cual estas deberán respaldar las operaciones del Departamento de Defensa cuando el Pentágono lo solicite. Este acuerdo se activa cuando la necesidad de transporte aéreo excede la capacidad de la flota de aviones militares del Departamento de Defensa.
¿Por qué y cuándo se creó?
Esta idea surgió en 1951 para responder a las necesidades logísticas que representaba el puente aéreo de Berlín, un puesto por el que se envió ayuda al oeste de esa ciudad tras el bloqueo impuesto por la Unión Soviética. Todo esto en el marco de la Guerra Fría entre las dos superpotencias.
¿Por qué se activa ahora?
Como bien señaló Rafael Piñeros, profesor de la Universidad Externado de Colombia, las escenas que hemos visto en Afganistán reviven uno de los capítulos más llamativos de la Segunda Guerra Mundial: la operación de extracción de tropas británicas en Dunkerque. Aquella historia retrata un escape milagroso que contó con una inmensa participación de la sociedad civil británica. Y eso es justo lo que se está buscando en este momento: un milagro. Una operación que ya no solo debe contar con el sector militar, sino el comercial también.
FUENTE EL ESPECTADOR