Colombia le cumple al pacto internacional para la restauración ecológica
En el marco de la Iniciativa 20×20, Colombia se traza ambiciosas metas para proteger 7,8 millones de hectáreas entre comunidades y empresas….
Desde 2015, a través del proyecto Vida Manglar, el bosque de manglar ubicado entre la Bahía de Cispatá, la Balsa, Tinajones y sectores aledaños del Delta Estuarino del Río Sinú, en las costas de Córdoba y Sucre, se lograron capturar 71,655 toneladas métricas de dióxido de carbono (tCO2e) y conservar 9.000 hectáreas. Este tipo de bosques captura 10 veces más CO2 que uno terrestre, por eso son claves para ganarle el pulso al cambio climático. “Con una metodología que no existía logramos cuantificar la reducción de emisiones producto de la restauración de este bosque manglar. Esto va a poner al país en una posición preferente en el mercado de bonos de carbono”, explica Orlando Medina, director de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge, ejecutora del proyecto. Los bonos de carbono configuran un mecanismo regulado a nivel mundial desde el Protocolo de Kioto en el que las empresas, a modo de compensación, adquieren bonos equivalentes a la cantidad de toneladas de CO2 que producen con su actividad. “Al ser más eficientes para la mitigación de emisiones, los bonos de carbono azul, como se conocen a las emisiones capturadas por ecosistemas marinos, ganarán prelación en el mercado y Colombia tiene la metodología pionera que hemos desarrollado y 290.000 hectáreas de manglar disponibles para ello”, señala el funcionario. Vida Manglar se lleva a cabo con apoyo técnico y financiero de la Fundación Omacha, Conservación Internacional, Fundación Natura, Apple y la Unión Europea.
UNIÓN DE ESFUERZOS PARA RESCATAR AL BOSQUE SECO
Cerro Matoso, Ecopetrol, ISA, Concesión vial La Pintada, Enel-Emgesa, Cerrejón, Promigas y EPM han logrado restaurar 38.000 hectáreas de bosque seco tropical, el cual ha perdido el 90 % de su territorio en Colombia, por diversos impactos derivados de actividades productivas. La acción se ha centrado en 8 departamentos con apoyo directo de comunidades campesinas e indígenas en 34 municipios. Una de las iniciativas más ambiciosas es el proyecto de restauración ecológica en El Quimbo, en Huila, donde se ubica el bosque seco tropical más grande del país, con 11.079 hectáreas. Enel-Emgesa y la Fundación Natura adelantan esta labor desde 2014. “En relativamente poco tiempo en el país hemos pasado de una desvinculación del sector privado en cuanto a compromiso ambiental, a una acción condicionada por sus obligaciones con las autoridades ambientales como requisitos para el desarrollo de su actividad hasta alcanzar un compromiso consciente, en el que han buscado apoyo técnico de organizaciones y la participación transparente de las comunidades. La iniciativa de rescate de los bosques secos es muestra de ello”, señala Clara Solano, directora de Natura. La nueva meta de restauración en El Quimbo arranca este año y termina en 2038 para cubrir las 11.079 hectáreas totales. A nivel nacional, el objetivo es de un millón de hectáreas de bosque seco tropical restauradas a 2035, para lo cual es necesario que más empresas del sector minero-energético, infraestructura y agropecuario se sumen a esta labor.
CONEXIÓN JAGUAR, CORREDORES DE VIDA Y MITIGACIÓN DE CO2
Conexión Jaguar nació como el programa de sostenibilidad corporativa de Isa en alianza técnica con South Pole Group y Panthera. Hasta ahora ha logrado desarrollar tres proyectos en Colombia y cuatro más en países de América Latina, orientados a la restauración de ecosistemas, el restablecimiento de corredores biológicos para beneficio del jaguar y decenas de especies más, y la reducción de gases de efecto invernadero. En 2020 fue incluido entre los 500 mejores proyectos en los premios Latinoamérica Verde, entre 2.540 postulantes. Conexión Jaguar plantea metas ambiciosas. Reducir 9 millones de toneladas de CO2 a través de 20 proyectos en Colombia y América Latina. Hasta ahora van 784.000 hectáreas protegidas y 167 especies de fauna registradas. “Pero, más importante, es lograr una unión de capacidades con las comunidades. Por ejemplo, una de nuestras grandes experiencias es el relacionamiento con los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, los Arhuaco y los Kogui, con quienes compartimos la meta común de proteger 408.000 hectáreas, conservar el territorio del jaguar y aprovechar el potencial ecológico de la Sierra Nevada para reducir en la próxima década 1,7 millones de toneladas de CO2”, dijo María Adelaida Correa, directora corporativa de
FUENTE EL COLOMBIANO