Alfredo es uno de los últimos juglares vivos y a pesar de su edad su particular show no para. En la tarima brinca, baila, mueve muy rápido los pies y lo cargan entre tres hombres para que toque, descalzo, el acordeón.
En 1970 le surgió la idea de empezar a tocar el acordeón con los pies. El artista asegura que fue en la ciudad de Barranquilla en una caseta.
“Ese día alternaba con Nelson Enrique y Los blancos de Venezuela, que era un conjunto raro porque todos eran negritos, pero se llamaban blancos”.
El timbalero de dicha agrupación hizo de todo y se estaba robando el show, pero a Gutiérrez nunca le gustó que le robaran el show.
“Cuando subí a la tarima me tiré al suelo, me enganché el acordeón en los pies y llamé a unos tipos para que me cargaran”, cuenta el artista.
Así fue como nació esta particular forma de tocar acordeón que hasta aquel entonces Alfredo nunca había hecho. “Las cosas mías son así, improvisadas”.
FUENTE OLIMPICA STEREO
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