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Revocatoria de Quintero podría votarse en elecciones de marzo

La verificación de las firmas recogidas por parte de la Registraduría tomaría 45 días calendario. Necesitan que avalen el 35% de las firmas recogidas.

Según Pacto por Medellín, este escenario se daría si el proceso avanza sin retrasos.

Si el movimiento de Revocatoria presenta las más de 260.000 firmas que indicó haber recogido a la Registraduría de Medellín en los próximos días, se abre la posibilidad de que el futuro de Daniel Quintero como alcalde se defina el mismo día de las elecciones legislativas del 13 de marzo de 2022.

Este escenario lo plantea Julio Enrique González —concejal por el Centro Democrático y una de las caras visibles del proceso de revocatoria de Quintero— quien señala que “los tiempos para la revocatoria se dan perfectamente”.

“Una vez entreguemos las firmas recogidas (los revocantes tienen hasta el 17 de diciembre), la Registraduría de Medellín dispone de 45 días calendario para acreditar que se cumplió con el requisito de verificar las firmas, y con ellas tenemos la certeza de que no hay ningún inconveniente”, explicó González.

De acuerdo con la Registraduría, una vez se avale la recolección de las firmas (para este caso 91.026 firmas válidas), el registrador delegado notificará al gobernador Aníbal Gaviria si se logró el cumplimiento o no de todos los requisitos, para que este fije la fecha de votación correspondiente.

Ocho días después de recibir luz verde, el gobernador debe acordar la jornada de votación de la revocatoria, que no debe superar los dos meses, es decir, si todo cursa tal cual, dicha convocatoria coincidirá con las elecciones al Congreso y las consultas de los partidos para elegir candidato presidencial. Este es el escenario deseable por parte del movimiento revocatorio y el más práctico logísticamente.

Pruebas de fuego

Según el artículo 3° de la resolución 2645 de 2015 del Consejo Nacional Electoral una de las pruebas de fuego que tendrán los revocantes será cuando la Registraduría verifique que el encabezado de cada una de las hojas con las firmas corresponda con la iniciativa de que se trate, pues se excluirán aquellas que no concuerden con esta última o hayan sido tachadas o enmendadas con el fin de modificarlas o alterarlas. Errores como estos costarían de tajo 15 firmas por planilla.

También se perderán firmas por datos ilegibles, cuando no haya correspondencia entre nombre del firmante y su número de cédula, o cuando el firmante no tenga registrada su cédula en Medellín.

La Registraduría Nacional destinaría especialistas en grafología para autenticar las rúbricas recogidas, y usaría las bases de datos del Censo Electoral y el Archivo Nacional de Identificación buscando verificar la autenticidad de los firmantes.

FUENTE EL COLOMBIANO